

En cierta forma resulta frecuente en el
UK que algunos periódicos sensacionalistas deban rectificar informaciones y pedir disculpas públicas a los ofendidos, por orden de los jueces. Incluso se dan casos en los que esos diarios deben pagar multas no al Estado sino a quienes han sido objeto de afirmaciones falsas y perjudiciales.
Pero lo que sí tiene preocupados a muchos de tales medios, y que de paso propicia múltiples debates en y alrededor de la prensa, es el de
Max Mosley, presidente de la organización Fórmula 1, pues el
News of the World lo acusó de ser un
nazi, de promover tales valores y disfrazarse de militar
alemán en sus juergas
sadomasoquistas.
Un juez falló esta semana en favor de
Mosley. El diario, del grupo al que pertenece
The Times, deberá ofrecer disculpas al empresario y pagarle nada menos que 60 mil libras -unos 115 mil dólares- pues el juicio determinó que
Mosley hacía diabluras en su vida personal, en espacios privados y con adultos capaces de decidir, y que de
ninguna manera estaba p
romoviendo valores
nazis. Y vienen otras demandas.
Así que
The Times reflexionaba en su editorial del viernes sobre ello y llamaba a la cordura
editorial, a la ética, a la necesidad clara de tener los respaldos indispensables antes de acusar a alguien.
¿Y entre nosotros?