miércoles, 27 de febrero de 2008

En el Lahore Karahi...

Los primeros bocados estaban deliciosos. Sentíamos, Clau y yo, que la comida era el resultado equilibrado de sabores orientales, desconocidos para nosotros pero incitantes.

Sin embargo, poco a poco se fue quedando en la parte posterior de la lengua, y todos sus alrededores, un picante al principio tenue y cada vez más duro, hasta hacernos lagrimear y hacernos sentir congestionados.

Entendimos entonces por qué nos pusieron en la mesa una jarra con agua fría, una de las cosas que se recomiendan para cuando uno "se pica", es decir, cuando ingiere más picante de la cuenta, del que puede disfrutar o soportar.

El "Lahore Karahi" queda en un sector del sureste de Londres llamado Tooting. Yo lo escogí al ojo, después de recorrer la zona en busca de un restaurante hindú para celebrar con una cena mi cumpleaños. Se trata de un sitio sencillo, limpio, nada elegante pero llamativo, que estaba casi lleno de comensales indios, lo que nos daba seguridades.

Pedimos dos platos para compartir -todo se puede compartir en esta cocina- y dos panes típicos llamados naan. Uno era un pollo biryani, picado y cocinado con un curry delicioso, y con ajíes, claro. Y el otro era un plato de cordero con arroz basmati, en salsa de un curry oscuro y ajíes verdes parecidos a los jalapeños mejicanos pero bastante más pequeños.

Bueno, finalmente y gracias a agua fría, comimos cada vez con mayor seguridad, adaptados ya al picante y animados por la mezcla de sabores estupendos, y bajo la mirada curiosa de algunos empleados que se percataron de la picada.

Fue una cena apenas para mi celebración. Con brío.

lunes, 25 de febrero de 2008

Nina entra sin tocar




Entra de repente por la emisora de jazz que escucho
- http://www.the-jazz.co.uk/Default.asp - y me rompe la concentración en un texto que escribo sobre un poeta desconocido entre nosotros pero enorme en Gran Bretaña, Sean O´Brian.
Llega y se me clava en el centro del pecho, como una flecha de acero frío capaz de hacerme hervir por dentro, de rendirme a su voz, a su imagen, esa que conservo desde hace años cuando la vi en una foto sentada al piano, tocando y cantando. Desde esa vez la pienso interpretendo alguna de sus hermosas canciones, como un blues que llevo pegado del alma, "A Little Sugar in my Bowl", o como su versión sobrecogedora de la clásica francesa "Ne me quite pas".

Nina Simone ejerce poderes innombrables sobre mi estado de ánimo. No me lo desbarata. No. Me lo consolida a través de una especie de pasadizo por un estado de alerta general que me pone sensible, casi indefenso, propicio al éxtasis.
Nina Simone -y repito su nombre para que no se confunda con Mercedes Simone la argentina intérprete de tangos ni con Simone, la cantante brasileña- murió en abril del 2003 pero nos dejó una herencia fuera de lo común: canciones en blues, jazz, gospel y soul, de una calidad excepcional y de una fuerza sin medida. No en vano tocaba el piano desde los 4 años, estudió piano clásico y era doctora en artes y humanidades de una universidad norteamericana.

Los dejo con Nina, la intérprete del piano, la cantante, la arreglista, la compositora. La que se me mete adentro cada vez que la escucho por algún lado, sin pedir permiso. Porque me tiene.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Mi cumple



El paisaje desde mi ventana hoy:
A las 8 de la mañana,
a las 12 del día y
a las 5:20 de la tarde, cuando empezaba el ocaso.

De joven no me gustaban los cumpleaños. Me parecían superfluos, vacíos, innecesarios. Pero después me hicieron aprender de su valor afectivo, de su vitalidad. Cuando se los damos, claro.

De adulto me parecían bien, pero celebrados en la intimidad de la familia. A veces daba peleas innecesarias porque querían celebrármelos con invitados y yo me oponía en una especie de falsa modestia, o para no darme tan duro, en un intento fallido de no darles importancia más allá del abrazo de quienes uno ama.

De adulto mayor, para no decirme viejito como me llamó Perla, mi ex alumna, me parecen chéveres. Aunque sigo resistiéndome a las bullas, a los agazajos, a los adornos y a las forzadas fotos de ocasión.

Pero hoy, en mi cumpleaños 62, me he sentido distinto. Gracias, creo, a que estoy en Londres y a las distancias que ello supone para todos y en todo. Y claro, a las nostalgias que se generan por ende. Pero no me he sentido nostálgico ni menos, triste. Una alegría interior me ha recorrido cada palmo de la piel, una especie de satisfacción que se me brota aún, a pesar de que ya llega la noche aquí.

Hoy he pensado en mi, me he querido. Y sobre todo, lo he dicho y lo acabo de escribir en mi blog. Es la primera vez que esto sucede, que lo recuerde. Obviamente, gracias a la presencia de Clau en mi vida, y a la de mis dos hijas, Mae y Manu, a quienes adoro. Y a los afectos de mis amigas y amigos que lo han recordado, creo, con la ayuda de diversos programas de internet.

Sesenta y dos no son pocos. Para nada. Pero tampoco muchos. No me agobian. Por el contrario, parecen empujarme hacia adelante, hacia los días que aún me esperan -supongo- y que voy a disfrutar en todos sus pliegues. Gracias por hacer parte de mi vida, entonces.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Baremboim interpreta a Beethoven



En realidad conciertos hay todos los días para escoger en Londres. Pero esta temporada de Daniel Baremboim es fuera de lo común. Tanto por el músico como por lo que toca.

Durante 8 sesiones en tres semanas, el pianista, director y compositor argentino-judio-palestino está interpretando las 32 sonatas de Beethoven, mas otras piezas para piano del compositor alemán, en el Royal Festival Hall.

Aclaro: Baremboim ha aceptado recientemente la ciudadanía palestina en favor de la paz entre los dos pueblos. Y no es este un gesto aislado, una salida publicitaria de última hora. Para nada. Baremboim es activista reconocido en favor de la paz en el mundo y en especial de un acuerdo definitivo y civilizado entre judíos y palestinos.

A finales del año pasado, el maestro recibió el galardón "Praemium Imperiale" de la música, el mayor reconocimiento artístico de Japón, de manos del príncipe Hitachi. Y así. Baremboim toca el piano, y conduce conciertos por todo el mundo, al tiempo que debate y asume actitudes abiertamente contestatarias en favor de la paz y de la armonía entre los pueblos.

Ahora, para la musicóloga Fiona Maddocks, crítica de música del Evening Standard, las 32 sonatas de Beethoven "están llenas de misterio y complejidad. Son como una especie de diario de vida del compositor. La gente califica a Beethoven como un héroe, como un titán. Pero lo que me fascina es su otro lado, el aspecto gentil y más pastoral de su carácter indomable".

Qué fuerza, Winehouse!


Qué mano de doble moral la que se dan las autoridades de policía inglesas y las de inmigración estadunidenses en el "caso" Winehouse.
Es decir, las primeras se la tienen montada a la cantante porque es adicta. Y lo hacen con la colaboración desinteresada y humanitaria de los propios amigos y cercanos a la artista (y dicen que del propio marido), quienes la inducen al consumo para después llamar a los fotógrafos y a las patrullas o hasta incluso grabarla y vender los videos a los medios.
Y las segundas se dieron el lujo pendejo de impedirle en primera instancia su entrada a E.U. para cantar en la entrega de los cada vez más aburridores Grammy. Y aunque después le dijeron que si, que le daban la visa, ella no fue. Bien!
Así y todo, a pesar de los escándalos y de sus propios excesos, la excéntrica Amy Winehouse se dio el lujo de cantar como nunca vía satélite y de llevarse cuatro Emi. Y no en vano. Es la cantante occidental con más fuerza y sentimiento, con más swing y originalidad.


Contra Billie Holiday
Me acuerda todo esto de la persecución sin cuartel de la policía antidrogas de Estados Unidos, en los 50, quienes se la tenían montada a una de las cantantes más grandes que ha dado el jazz, Billie Holiday, porque también era adicta. La perseguían de gira en gira, de concierto en concierto, de hotel en hotel. Y la encarcelaban cada que la encontraban consumiendo. Hasta que el acoso fue tal que, sumado a otros factores personales difíciles, Holiday decidió poner fin a su vida.

¡Conciertos!



Qué envidia. Se viene la racha de conciertos del verano.
Ya salieron a la venta las boletas nada menos que para:

Sábado 28 de junio, Eric Clapton, Sheryl Crow y John Mayer.
Domingo 29 de junio, The Police, KT Tunstall y Starsailor.

Las ventas por el momento son por teléfono y por internet. No he podido averiguar los precios pero cuando lo haga se los cuento. Deben ser imposibles para nosotros.

Los conciertos se realizarán en el Hayde Park de Londres.

lunes, 11 de febrero de 2008

Peregrinación al Nuevo Año Chino




Como dicen: un hervidero humano. Una ola de personas de todo el mundo hacía una caminada en redondo, en una vía, para recorrer las calles más
representativas del barrio chino, donde se celebraba con estridencia el Año Nuevo.

No era fácil moverse. Tomar una foto resultaba un reto y grabar, casi imposible. Uno marchaba empujado por la multitud, se detenía por momentos en algún claro al pié de un edificio,
tomaba agua, disparaba la cámara, conversaba trespalabras, y seguía.

Después, a lo largo de la jornada y en todos los restaurantes del barrio chino y de las calles adjuntas, el público hacía fila con paciencia para almorzar. La cocina también andaba de celebración. Y nosotros no pudimos faltar al rito. Nos reunimos en una mesa Roter, el guía taiwanés, Sabela, Karl, Claudia y yo. Fue un pequeño banquete seleccionado por Roter -un nombre para los pobres occidentales- del que apenas quedan los sabores y las fotos.
Después, cada hora, hubo un espectáculo de juegos artificiales, de los que al principio no veía sino el humero, pero a medida que iba cayendo el sol se volvían visibles y hermosos.




lunes, 4 de febrero de 2008

Londres, marcha sin titubeos


Yo quería salir a la marcha contra las Farc porque estoy hasta aquí de la guerra, de la crueldad, de la ignominia.
Y quería estar en contra de un grupo que cambió sus momificados ideales de justicia social por el negocio del secuestro, por las bombas y los ataques contra la población civil, por la sevicia, por el dinero del narcotráfico, por el reclutamiento obligatorio, por la venganza y el odio. Y de paso quería, también, ir contra otros grupos y oportunistas de cuello blanco que han sacado partido de la devastación y del asesinato. Como las AUC y todos aquellos que se aliaron por el poder y la plata. Pero hoy era el día contra las Farc. Era bueno que les tocara.
Creí que en las cuatro calles de Londres donde nos dejaron marchar, apenas iríamos a estar presentes medio millar de colombianos. Porque la mayoría tienen trabajos en los que no se pueden hacer pausas o pedir permisos. Sin embargo, a una cuadra larga de la Plaza Trafalgar no cabía la gente. Fuimos varios miles.
Hubo qué salir a la hora precisa. No es como en Colombia donde la gente llega a estos actos una hora más tarde. A las 12:30 comenzó la marcha, con lentitud mientras las personas se iban acomodando. No había, sin embargo, más organización que el deseo de caminar, en silencio o gritando las consignas, para que este sector de la ciudad, sede de muchos eventos representativos, viera con curiosidad por lo menos una manifestación de colombianos que voceaban frases en español e inglés contra una guerrilla de la que desconocían hasta el nombre.
Pensé que toda la caminata era un acto de autoafirmación de los colombianos, el resultado de una decisión pública, general y abierta de gritar en las calles no más guerra, no más secuestro, no más derramamiento de sangre. No a las Farc. La absoluta mayoría de los colombianos que vivimos hoy no conocemos el país en paz.

La marcha estuvo marcada por el entusiasmo. Pero no era una fiesta. Lo que había era fortaleza.
Banderas, carteles, pancartas, hojas. Voces. Sobre todo voces. Al final, al frente de un hermoso edificio del gobierno, el minuto de silencio en recuerdo de las víctimas del secuestro, fue tremendo. El fervor se hizo duro, apretado.
Sin embargo, los más importantes periódicos de Londres desconocieron la marcha. Para elllos era más importante la historia de un ratón al que le dio gripa. Apenas la BBC, en su página web, colocó una historia de contexto y una foto a la que no se podía acceder. No es de extrañarse. Eso es lo que pesamos en Europa. Así de sencillo.
Los invito a leer y a ver sobre el tema en www.equinoXio.org