Qué mano de doble moral la que se dan las autoridades de policía inglesas y las de inmigración estadunidenses en el "caso" Winehouse.
Es decir, las primeras se la tienen montada a la cantante porque es adicta. Y lo hacen con la colaboración desinteresada y humanitaria de los propios amigos y cercanos a la artista (y dicen que del propio marido), quienes la inducen al consumo para después llamar a los fotógrafos y a las patrullas o hasta incluso grabarla y vender los videos a los medios.
Y las segundas se dieron el lujo pendejo de impedirle en primera instancia su entrada a E.U. para cantar en la entrega de los cada vez más aburridores Grammy. Y aunque después le dijeron que si, que le daban la visa, ella no fue. Bien!
Así y todo, a pesar de los escándalos y de sus propios excesos, la excéntrica Amy Winehouse se dio el lujo de cantar como nunca vía satélite y de llevarse cuatro Emi. Y no en vano. Es la cantante occidental con más fuerza y sentimiento, con más swing y originalidad.
Es decir, las primeras se la tienen montada a la cantante porque es adicta. Y lo hacen con la colaboración desinteresada y humanitaria de los propios amigos y cercanos a la artista (y dicen que del propio marido), quienes la inducen al consumo para después llamar a los fotógrafos y a las patrullas o hasta incluso grabarla y vender los videos a los medios.
Y las segundas se dieron el lujo pendejo de impedirle en primera instancia su entrada a E.U. para cantar en la entrega de los cada vez más aburridores Grammy. Y aunque después le dijeron que si, que le daban la visa, ella no fue. Bien!
Así y todo, a pesar de los escándalos y de sus propios excesos, la excéntrica Amy Winehouse se dio el lujo de cantar como nunca vía satélite y de llevarse cuatro Emi. Y no en vano. Es la cantante occidental con más fuerza y sentimiento, con más swing y originalidad.
Contra Billie Holiday
Me acuerda todo esto de la persecución sin cuartel de la policía antidrogas de Estados Unidos, en los 50, quienes se la tenían montada a una de las cantantes más grandes que ha dado el jazz, Billie Holiday, porque también era adicta. La perseguían de gira en gira, de concierto en concierto, de hotel en hotel. Y la encarcelaban cada que la encontraban consumiendo. Hasta que el acoso fue tal que, sumado a otros factores personales difíciles, Holiday decidió poner fin a su vida.
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