viernes, 20 de junio de 2008

Hipotecas calientes



A pesar de que el gobierno de Brown no quiere aceptar de frente que la recesión es ya notoria en el Reino Unido, muchas familias -y no solo las grandes empresas- sufren las consecuencias.
Las hipotecas reventaron ya a muchos, pues el valor de las casas ha subido alrededor de 1.200 libras cada mes. Los avisos de arriendo y de venta de propiedades congestionan visualmente muchas calles, y la oferta, por consiguiente, es importante.
El problema tiene muchos ángulos. Primero, confiados en la fuerza de la economía más poderosa de Europa, los negociantes inmobiliarios y los bancos -con un gobierno como el de Blair que se hacía el de la oreja mocha- hicieron crecer exageradamente el valor de las propiedades. Pero todo ese andamiaje en parte se les ha venido encima. La otra parte del andamiaje ahoga a la gente.
Muchas familias no alcanzan a pagar sus hipotecas, entre otras porque están unidas a otro tipo de deudas. Como entre nosotros, el sistema económico de las familias promedio está montado sobre las deudas. Si la economía marcha en forma, todos tienen con qué pagar. Si hay recesión, como ahora, el servicio de la deuda se detiene y llega la crisis.
Se ha revelado, por ejemplo, que
- más de uno entre cada diez británicos ha tenido que prestar dinero para poder pagar la renta o la hipoteca en los últimos doce meses.
- tres de cada diez han tenido que mermar la compra de comida, y uno de cada once han suspendido la compra de nueva ropa para los hijos.
- uno de cada cuatro ha sufrido estrés severo o depresión, y
- uno entre doce ha revelado que el pago de los servicios e impuestos ha sido un problema.
Los expertos están preocupados por la situación, pues no solo se siente flaquear la economía doméstica en el país sino que se afecta peligrosamente la vida y la salud familiares.

Notícula - Servicio al cliente en serio


La cadena de supermercados Sainsbury's, una de las más poderosas y mejores del Reino Unido, tuvo ayer un problema técnico serio en su página web por lo que se vio obligada a suspender por un rato su servicio de atención al cliente a través de internet , es decir, diez mil pedidos quedaron en veremos mientras se corregía el problema.
La empresa anunció, tan pronto pudo, que haría llegar a sus clientes los pedidos cuanto antes y que le otorgaría a cada uno un "voucher" de 10 libras (unos 19 dólares) para retirar de los almacenes lo que quisiera, como recompensa.
Servicio al cliente, en serio.

Pintura sobre la plaza


Estaban las dos arrodilladas sobre el piso de bloques de cemento de la Plaza Trafalgar, en pleno centro de Londres, rayando con tizas de colores. De lejos se veía una especie de rectángulo llamativo que cada momento era tapado por los transeúntes, por lo que no resultaba posible captar el detalle. A medida que nos fuimos acercando se hizo clara la escena, la pintura que se borronaría al día siguiente con los pasos afanados de los turistas o con la fría humedad de cualquier llovizna. Esto fue lo que vimos.

miércoles, 4 de junio de 2008

Colombia, por ninguna parte


Colombia no se siente por aquí. Pasa de agache. No somos para los británicos más que el país de la guerra, de la coca y de los paracos. Y por ende, país de injusticias. Y aparecemos en las noticias cuando son malas de verdad o impactantes.
Cuando el señor presidente en ese afán insospechado envió catorce jefes paras a cárceles de Estados Unidos, todos creímos que nos darían espacios destacados en las primeras páginas, o en los titulares de los noticieros, pero nada. Ni una letra. Apenas en algunos periódicos, adentro, un parrafito. Y ya.
Y ahora que recién vino la selección colombiana de perdedores de fútbol, líneas esporádicas se escribieron, con michicatería. Sin embargo, entiendo que esos dos partidos no dieron para más.
La única noticia que ha sido destacada en primera y ha sido leída en todos los noticieros importantes, fue la confirmación de la muerte de Tirofijo. Claro. Era el guerrillo más viejo de la tierra y eso ya era para el record Guinnes, que nos gusta tanto.
...
Los unicos países latinoamericanos que suenan en el Reino Unido, por alguna razón, son México, Brasil, Argentina, Cuba, Perú y Venezuela. Y de este último país se habla a veces en Londres porque tiene un convenio con la Alcadía de la ciudad: gasolina venezolana barata a cambio de asesoría para Caracas sobre planeación urbana. De resto, somos una masa informe, selvática, atrasada, pobre, bien lejana y sin sentido. Porque los ingleses -y en general los europeos- no tienen la más mínima idea de quiénes somos, ni de dónde vivimos, ni de como somos, ni qué producimos aparte de problemas.
Uno ve aquí que esos países latinoamericanos mencionados se preocupan por estar en las agendas europeas, porque se hable de ellos, por hacer promoción de sus productos y de sus ventajas turísticas, sobre todo. Pero de Colombia, ni pio.
Envidia -de la buena- me dio ver este bus de Londres con tamaña publicidad de México rodando por media ciudad.
Nosotros esperamos en el cuarto de San Alejo.

Música de Brasil en el Barbican




El concierto era para celebrar los 50 años del Bossa Nova. Y fue en el Barbican, un teatro grande y hermoso, en el centro de Londres. Tuvo dos partes. Bossa clásico y Bossa de hoy -y el que viene-.
La primera mitad de la primera parte fue muy atractiva. La segunda mitad -de esta parte- más festiva pero sin mucho feeling. Comenzó Joyce en solitario y esa apertura nos calentó a todos después de una tarde de lluvias continuas. Escuchar a esta mujer y su guitarra, en una canción impresionante como es "Aguas de marzo", fue reconfortante. Luego la misma Joyce cantó con Dori Caymmi, el hijo de Dorival; vinieron enseguida Carlos Lyra, Roberto Menescal y Wanda Sá, todos veteranos.
La segunda parte fue más cálida e intensa. Comenzó un cantautor renombrado, Vinicius Cantuária, solo con su guitarra, al principio como tímido pero después lleno de talento. Y por turno intervinieron Celso Fonseca, Clara Moreno, Marcos Valle y por último, Joao Donato.
Esta música de Brasil en Londres sonaba como una revelación celestial.