martes, 27 de mayo de 2008

Champú...........

Las notas se publicaron en Medellín -Colombia-, en el periódico El Colombiano, el domingo 25 de mayo, pero tienen que ver con la estada de Clau y yo en Londres, con el cotidiano de la vida en esta ciudad, con nuestros planes y sueños. Por eso las coloco aquí tal cual, a manera de testimonio de lo que es posible, como un texto que da fe.

Ahora, es bueno aclarar que la periodista Carmen Alicia Gutiérrez escogió cuatro historias sobre colombianos que vivimos en Londres y escribió sobre ellas. La publicación se hizo a manera de nota diversa y compuesta, el mismo día.
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Londres, código postal de miles de colombianos
Expresiones de multiculturalidad y artísticas, dos de sus mayores atractivos.
Cinco colombianos comparten sus experiencias en la encantadora ciudad.
Estudiantes o trabajadores, Londres hospeda a extranjeros de todo el orbe.

Por Carmen Alicia Gutiérrez Remolina Londres, Inglaterra.

La cosmopolita Londres sorprende al forastero por la multiculturalidad que se respira y se goza en cada una de sus esquinas. Con la misma naturalidad con la que le abre las puertas al mundo seduce a miles de foráneos a vivir en ella. Muchos de nuestros compatriotas han emigrado a esta tierra persiguiendo un sueño, escribiendo en la historia de sus vidas un capítulo diferente y emocionante pero a punta de mucho esfuerzo. Cinco de ellos comparten sus experiencias y definen la ciudad que descubren con ojos de habitantes inmersos en su cultura. Coinciden en resaltar aspectos como el orden, el respeto a las normas y a las diferencias, así como en las positivas experiencias aprendidas en una capital cosmopolita.
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Carlos Uribe y Claudia Vásquez
"Esa compenetración que los hace complementarse y robarse las palabras es producto de haber compartido varios años de sus vidas en diferentes facetas: primero fueron profesor-alumna, después fueron esposos y hoy son compañeros de una apasionante experiencia en el exterior.

Trabajaron un año en equipo y a conciencia para que Claudia resultara beneficiaria de una beca Colfuturo justo en el momento en que Carlos se jubilaría de su trabajo de profesor de periodismo en la Universidad de Antioquia.

Mientras ella asiste a la Maestría en Cine (Film Making) en la Universidad de Kingston y disfruta haciendo realidad su sueño rodeada de estudiantes de Luxemburgo, India, Camerún, Finlandia, Noruega, Italia, España, Estados Unidos, Indonesia, Japón, Corea, Taiwán, China, Pakistán y Jordania, él disfruta del reposo que Londres le suscita para escribir a su propio ritmo.

Le da los toques finales al borrador de la novela 'Por mi culpa' y avanza en la siguiente novela que se propuso terminar antes de diciembre de este año. Además, plasma su experiencia en la ciudad en http://www.londonmyeye.blogspot.com/ y es autodidacta en el aprendizaje del idioma.

¿Qué es lo mejor que tiene Londres?

Carlos: "Su aire cosmopolita donde está todo el mundo representado, más que los países las culturas, aquí se hablan más de 300 idiomas. Lo otro es el valor que los británicos le dan a sus tradiciones y a la herencia que recibieron de sus antepasados".

Claudia: "Que todo el mundo se encuentra en esta ciudad, y la organización que tiene".

¿Qué no les gusta de Londres?

Claudia: "Así como es organizado es muy restrictivo. Hay una cámara a donde uno mire; he llegado a contar hasta 12 cámaras en un bus y eso me parece horrible y un poco exagerado".

Carlos: "El asunto de la plata es muy complicado para uno que viene de un país pobre".

¿Qué consejo les daría a los que piensan viajar a Londres?

Claudia: "Si vienen a estudiar inglés, estar bien enterados dónde van a vivir, porque es una inversión muy grande para nosotros".

viernes, 23 de mayo de 2008

Verano a la fuerza




Londres no le hace caso al mal tiempo. Continúa su vida como si nada.
Pero lo que me deslumbra es que al menor asomo de "Jaramillo" cientos y miles de londinenses salen a los parques -que no plazas- en camisillas, bermudas, pantalonetas, falditas, shorts, chanclas y vestidos de playa a darse un baño de sol. Como quien dice si soportaron estoicamente el final del otoño, el pleno invierno y la primera parte de la primavera, fríos, no perdonarán en adelante los tímidos avances del verano.
En la calle ve uno, entonces, esa larga categoría de personas de todas las edades y condiciones, vestidas según su propia percepción del estado del tiempo. Desde los que aún se sienten en invierno, de abrigo, bufanda y botas, hasta el extremo opuesto de quienes se sienten en una playa tropical, cálida y ajena a las ropas y a las ceremonias.
Londres no le para bolas al estado del tiempo. A su rutina de rebaños hacia el trabajo, de oficinistas fumando en las calles, de ancianos arrastrando su carrito de cargar chucherías, va unida la feroz caravana de recién llegados, negociantes y turistas que desentrañan con cara despistada y a la carrera, con la ayuda de mapas que al principio parecen al revés, los laberintos interminables de una urbe de mil novecientos sesenta y cinco años.

Mil manos


Manos de amistad
Manos de felicitación
Manos de bienvenida
Manos de solidaridad
Manos de apoyo...
Oval House Theatre y su Cafe Gallery, en Londres, se comprometieron en un bello proyecto, una muestra de al menos mil manos, de todas las clases y materiales, creadas por jóvenes de toda la ciudad y del Reino Unido, como evento destacado dentro de la Semana del Refugiado, que se celebrará durante los primeros días de junio en todo el país.
Dicha Semana recoge una cadena de eventos artísticos, culturales y educativos para reconocer las múltiples y diversas contribuciones de los refugiados al Reino Unido y, de paso, tratan de fortalecer las relaciones entre las comunidades.
Los miles de manos se exhibirán en el Oval House Theatre -Cafe Gallery- por supuesto.

sábado, 10 de mayo de 2008

Mis respetos, señora Vaughan




Sarah Vaughan tiene una voz que paraliza. Deja perplejo. Y digo tiene no porque esté viva aún –murió en abril del 90- sino porque sus interpretaciones conservan, afinados, los mejores rasgos de un jazz inmortal. Y eso que no me gusta esta palabra.
Se queda uno sumido entre la fuerza y la delicadeza de La señora Vaughan, para usar un dualismo contradictorio. Ella canta jazz con sapiencia. Quiero decir que sabe lo que hace, domina el oficio y le pone ese swing indispensable al jazz, muy de la cultura negra, que es la expresión externa del sentimiento, de lo visceral por entenderlo de otra manera.
La señora Vaughan, aclamada, respetada, laureada, es para mi un punto intermedio entre la capacidad académica y perfecta de Ella Fitzgerald y la capacidad interpretativa, conmocionante, de Billie Holiday. Y no es que se deje apabullar por ellas. Para nada. Las equipara.
Si usted quiere tener las mejores grabaciones de Sarah Vaughan, busque las del sello Roulette, que pertenecen al periodo 1954-1959. Y las más apetecidas son aquellas en las que estuvo acompañada por el pianista Jimmy Jones, por el contrabajista Joe Benjamín, y por el baterista Roy Haynes. A veces tocaba con ellos el trompetista Clifford Brown. También los entendidos aprecian sobre manera los discos que grabó Sara Vaughan para el sello Pablo, dedicados a la música de Duke Ellington.
La señora Vaughan es una experiencia siempre emocionante.