lunes, 5 de noviembre de 2007

El día es ya de noche



No pretendo parodiar el título de una película que se está presentando aquí -"30 días de noche"- pero no tengo remedio. Son exactamente las 5 de la tarde, hoy lunes 5 de noviembre, y está oscuro. Esto, para un terrícola de la zona tórrida, como yo, es un cambio radical. Y eso que falta. Los que saben del tema dicen que cada día anochece tres minutos antes y amanece otros tres después. En enero- febrero tendremos los días más cortos del año. Habrá que verlos, si es que tenemos tiempo.
El otoño avanza con paso decidido. Hay amaneceres hermosos, soles de medio día veraniegos y crepúsculos grises, con frecuencia curtidos por colores fuertes, por ráfagas de amarillos, naranjas, rojos, alucinantes. Y ese cambio de colores se apodera de muchos árboles, lo que vuelve los paisajes breves, cambiantes. Los árboles que la semana anterior estaban verde-amarillos, ahora ya son casi rojos o han formado una alfombra de hojas secas y húmedas alrededor de tu tallo. Esa escena de árboles con hojas que cambian de colores y pisos sembrados de hojarasca, es preciosa.

El otoño aumenta su severidad. La mayoría de la gente ya sale, en la tarde, con abrigo, con sombreros, gorros, bufandas y guantes. Claro que no falta el inglés con cervezas de más que lleva el saco en la mano, o la sardina que sale a la calle en minifalda, sin medias, como si estuviera en verano.

El otoño arrecia sus temperaturas. Días entre los 5 y los 17 °C, y noches entre los 10 y los 3 °C. Con variantes en todas las regiones y ciudades del Reino, imcomprensibles para nosotros, calentanos que se arman de valor y de saco para enfrentar la temporada fría, una experiencia radical que trataremos de disfrutar como sea.




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