jueves, 7 de agosto de 2008

Notícula - Crímenes con arma blanca



La noche del 6 de agosto un joven de 18 años cayó herido mortalmente cuando al salir de una tienda quedó entre el fuego cruzado de dos pandillas, en el sur de Londres. Era el 22 adolescente asesinado este año en Londres, el primero a bala. Los otros 21 fueron muertos a cuchillo.
La ciudad está conmocionada. Las gentes y las comunidades reclaman seguridad y tanto el primer ministro, Gordon Brown, como el alcalde, Boris Johnson, han autorizado a la policía medidas extraordinarias, como requisar sospechosos en plena calle, retenerlos sin más e interrogarlos. En el último mes han sido detenidas más de mil 500 personas, la mayoría menores de edad. Y ya fueron anunciados 30 nuevos grupos de la policía que se encargarán de vigilar los trenes, el "underground" y los buses.
Las pandillas hacen su fiesta en la ciudad y el ambiente de intolerancia se va volviendo denso y preocupante. La única ventaja es que las autoridades son eficientes e implacables. Pero ni eso parece atemorizar a los portadores de cuchillos, desde hace unas semanas considerados delincuentes por tan solo llevarlos.

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