miércoles, 25 de febrero de 2009

Adios a Londres



Londres ha quedado atrás. Días antes nos acompañó una especie de capa invisible que lo arropaba todo: la nostalgia. Lo paradójico era que queríamos regresar a casa, saludar, contar las pequeñas historias cotidianas de la vida por fuera, muy lejos, y sobre todo, armar de nuevo nuestro espacio, componerlo con los elementos queridos, usados, gastados, ensayados, consabidos y extrañados que permanecen en cajas de cartón en casa de Nelly y Rodrigo.
Volamos Clau y yo sobre el Atlántico, a más de 12 mil metros de altura, lo que nos hace parecer el mundo de afuera como una planicie sin fin, azul y blanca, indefinida.
Este regreso será por etapas, a pasos gigantes, pues veremos a Marcela y a Josh en San Francisco, California; a Jose y Alonso y a Olga y Patricia en West Palm Beach, en Florida, y a Tere y Álvaro, a Jose Manuel y a Sara, a Camilo, Astrid Adriana y posiblemente a Luis Eduardo en Miami.
Así que llegaremos a Medellín el 10 de marzo para poner fin a este viaje de año y medio que nos ha permitido meternos de cabeza y alma en Londres, entre los británicos y extranjeros de todas las razas e idiomas, en medio de esa babel organizada que nos ha hecho mirar y digerir otras cosas, muchas cosas, y nos ha agrandado el espíritu.