miércoles, 31 de diciembre de 2008

2009, con el pié izquierdo...



Nadie parece dar un comino por este 2009. Pobre. Pobres de nosotros!
Pero en esto de las predicciones, o de los análisis, no hay nada escrito. Nadie pensaba hace un año en la tremenda crisis económica mundial que se nos viene encima de a pocos, a pesar de que estaban revelados algunos de sus síntomas. Nadie se imaginaba al señor Madoff jugando a Dios con los dineros de los demás. Con los dineros de los demás, todos ambiciosos, codiciosos, pues sabían que tantas bellezas y rendimientos se irían al suelo de repente o eran de sospechosa procedencia.
Lo mismo nos pasó entre nosotros con DMG y con las demás pirámides. Los colombianos, propensos como somos a los milagros y a los liderazgos a fuete, fueron entregando por miles sus milloncitos a un don Nadie que resultó habilidoso. Y lo peor es que lo siguen defendiendo, aunque no hay qué desconocer que el gobierno de Uribe Vélez aprovechó en demasía este escándalo para ocultar en los medios los horrores de los indulgentemente llamados "falsos positivos".

Y en Londres la cosa no es para sonreír llenos de esperanza. Quiebras por decenas. Negocios enormes, como la cadena de almacenes Woolworths, están de cierre definitivo. Alrededor de 30 mil empleados se quedarán sin trabajo, sin contar todos los que vivían de este comercio, que son millones.
Bancos quebrados también. Recomposiciones accionarias para salvar capitales a la baja y prestigios comerciales que se han vuelto añicos. Las hipotecas se han hecho impagables mientras la propiedad rebaja sus precios entre un 10 y un 30 por ciento, según. Los carros no se venden, las fábricas comienzan a trabajar a media caña y a anunciar despidos en los primeros meses de este año, los aviones no tienen suficientes pasajeros, los sitios vacacionales apenas reciben la mitad de sus clientes, las oficinas del correo real -una institución británica- se cierran por turnos. 
El paisaje es de un enorme naipe que se derrumba como una culebra desinflada.
Las guerras en África no permiten respiro. Y menos sus atrocidades. Lo peor del caso es que nadie parece ponerles atención. Y ahora el ataque inmisericorde de Israel a Gaza, una masacre innecesaria y explicada solo por el odio de las partes. 
Sin embargo, yo tengo esperanzas. Porque las esperanzas comienzan en el interior de cada uno y se van contagiando a los que están alrededor. La ciencia y la tecnología nos darán alientos nuevos; los gobiernos tendrán por obligación qué respetar cada vez más las convenciones ambientales; las democracias han de fortalecerse para poder subsistir; la solidaridad va repuntando en diferentes zonas del planeta, en pequeños grupos de avanzada; la justicia global va poniendo su mano en casos y países incapaces de ponerse en orden (como el nuestro). Y sobre todo, que entre nosotros los hombres (hombres y mujeres) de las cenizas brota la vida. Siempre la vida nos gana. Menos mal!
Que la suerte nos acompañe y nos alumbre en este recorrido.
   

miércoles, 24 de diciembre de 2008

24 de cena y PC



Si escribo este post a las 12 de la noche del 24 de diciembre, algo serio está sucediendo. Primera vez que me sucede en la vida. 
Lo que pasa es que en Londres el 24 es un día para la rumba afuera o en casa. Las calles están muertas. El transporte público se cerraba a media noche y todos los que debíamos estar en casa -para no pagar un taxi- llegamos antes. Pero quizás lo que más extraño me parece es el silencio. La ausencia de música de la rumba, del ambiente de fiesta.
Nosotros tuvimos la suerte de estar en una cena fusión con una pareja de chinos, una pareja de japoneses y un anfitrión taiwanés. Li y Ariel, Miki y Eiko, Roter y nosotros dos. Explico de una vez: algunos de ellos se ponen en estas latitudes nombres occidentales para hacernos más fácil la vida.
Comimos rico. Nosotros llevamos, de entrada, chicharroncitos, patacones pintones con guacamole y crema agria con ajo y cebolla, y papas chorriadas. Roter y una amiga que se fue temprano prepararon varios platos: una especie de torta de coliflor con zanahoria y leche; un plato de pollo picado con zanahorias y camarones fritos; rollos de carne con cebolla, y una especie de albóndigas grandes al horno, en papel de aluminio, coronadas con medio huevo de pato.
Antes de comenzar, Roter nos ofreció un te chino con "perlas", unas bolitas de harina, cocinadas, blandas, parecidas a las gomitas, que le daban un sabor especial y sobre todo una sensación extraña y nueva. 
Luego, fuimos repasando la oferta dispuesta en una mesa pequeña, como cada quien quiso. En cualquier orden. Despacio, conversando, tomando fotos, comentando los sabores y texturas.
Y después nos tomamos un whisky con cocacola para humedecer una conversación larga y cortada por risas a carcajadas, pues ellos estaban hablando de peripecias y anécdotas de su magister en cine.
A las 10 de la noche nos vinimos para casa. En realidad, todos nos fuimos por la suspensión del transporte que tampoco funciona mañana 25. Es un descanso sagrado para todos, y la ocasión de un almuerzo tremendo en familia, al que estamos invitados aqui, en casa, con Peggy y Sean.
Mientras tanto, en el cuarto nos tomamos un vino y revisamos correos y demás antes de comenzar a llamar a las familias.
Merry Christmas.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Navidad, pierna arriba


Esta navidad que ha comenzado ya, siempre antes de tiempo, me va sacando, haciendo evidente, el niño que llevamos dentro, según dicen los conductistas. Sea lo que sea, el niño, los recuerdos, las sensaciones, las imágenes, los afectos o todo ello junto como en un ramo de rosas secas, se va poniendo sobre la piel, va tomando su posición y me va predisponiendo al mundo nuevo, al ambiente de fiesta, a la celebración por dentro primero para que puedan aflorar estados de ánimo únicos en el año.

Navidad que esta vez, por segunda oportunidad consecutiva en Londres y lejos de todos aquellos a quienes quiero –aunque por fortuna está Clau aquí conmigo, o yo con ella quizás- apunta a una especie de remembranza colorida pero proclive al suspiro profundo, a la nostalgia, esa que yo le reclamaba con palabras casi molestas a Darío Ruiz cuando le daba por hablar de ese tema en su columna de El Mundo, por allá a comienzos de los 80.

Navidad que en estas latitudes se vive con cierto aire frío por el invierno, blanca, sutil, marcada por el consumo y ahora por la crisis. Navidad que me va pierna arriba y que no sé si me hará quebrar la respiración. Mientras tanto, los pienso.

Ya les contaré.


lunes, 1 de diciembre de 2008

Matrimonios a la fuerza



Hay escándalo y preocupación en el Reino Unido porque no cede la costumbre del matrimonio de muchachas inglesas de origen pakistaní, obligado por sus padres.
Lo que sucede es que los padres de una jovencita -alrededor de los 15 o 16- le cuadran el matrimonio según sus intereses, sin consultarle siquiera. Y la obligan a casarse, en Pakistán. Es decir, se las llevan desde el UK con el cuento de que van a una celebración familiar o a un viaje de vacaciones, y cuando se dan cuenta están de metidas cabeza en un matrimonio de conveniencia.
Las autoridades del Reino Unido han logrado frustrar este año 68 de tales matrimonios y apoyan numerosos casos de divorcio, incluso a sabiendas de que se dividen las familias, pues los papás, sobre todo, rechazan a sus hijas.
Lo que argumentan las autoridades del UK es que esas jovencitas son inglesas y como tal tienen unos derechos que no les pueden ser vulnerados, máxime cuando son menores de edad.
El caso del escándalo de hoy es el de una muchacha de apenas 15 años que se llevaron engañada para Pakistán, con la intención de casarla con un primo, también de 15. Pero ella se rebeló, acudió al consulado británico donde fue respaldada, aunque por ahora tampoco podrá casarse con otro primo, seguramente pobre, al que ama.

 

Pinturas a la calle


Adam Neate regó una noche, por diversos sectores de la ciudad, mil obras suyas a mediados de noviembre. Las dejó en la calle a merced de los transeuntes. En pocas horas no había ninguna.
Poco tiempo después, algunos de esos mismos retratos, pintados sobre cartón, ya se remataban por internet, en eBay, por precios entre 100 y 1000 libras (entre 170 y 1.700 dólares).
Neate decidió pintar muchos retratos, porque le apasiona, y dejarlos en la calle para que la gente decida si los recoge o si pasa de largo, para "separar el arte del negocio", aunque sea de su propio negocio. Neate quiere pintar porque le encanta, por placer, y permitir la reacción del público.
El pintor de 31 años, había anunciado por internet su performance, The London Show, auspiciado por la Elms Lesters Gallery que le pagó 12 mil libras por pintar mil cuadros y dejarlos en una sola noche en las calles para mirar la reacción de la gente.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Brighton, hermoso mar frío



 

Fuimos a Brighton para despedir a Luisa, quien regresaba a Bogotá después de su MA en Loughborough. Queda en la costa sur, apenas a dos horas de Londres.
La carretera es amplia, perfecta, con un paisaje rural de película, embellecido aún más por el otoño.
El atractivo de Brighton es el mar. Es desde hace años un sitio turístico de primer orden, pues recibe alrededor de 8 millones de visitantes al año, principalmente británicos.  
Se trata de una ciudad pequeña -intermedia diríamos en Colombia- unida administrativamente a Hove, otra ciudad pequeña, al pié del mar, cuidada, con mucho comercio artístico y artesanal, con pasajes comerciales llamativos y originales, con restaurantes, hoteles y pubs tradicionales. 
Se dice que Brighton es como San Francisco, en USA, pues se la reconoce como centro clave del movimiento gay en el Reino Unido.  
Comimos pescado ahumado delicioso, en un pequeño restaurante al pié del mar, en un medio día que amenazaba con lluvia. Pero no pasó de cinco minutos. Y recorrimos las calles, algunas plazas, los pasajes de vitrinas de diseño, los cafés y obviamente, el muelle y la playa cercana.  
Nos llamó la atención -como procedentes de la zona ecuatorial- que el mar helado y la brisa fuerte y fría resultaban bien interesantes. Muy atractivos. Un mar y una costa para vivir, lejos del calor sofocante y no solo para vacaciones! Rico Brighton.

Gonzalez-Foesters en la Tate Modern




Ahora llueve permanentemente en la Turbine Hall de la Galería Tate Modern de Londres. Claro, es un decir. 
La mitad de esa enorme sala, donde hace un año estaba la "Shibboleth" de la artista colombiana Doris Salcedo, ganadora de la Unilever Series, ahora se ocupa con la instalación enorme de la francesa Dominique Gonzalez-Foesters, la nueva artista seleccionada. 
La propuesta de Gonzalez-Foesters, llamada TH 2058, parte de una fábula: Ha llovido tanto en Londres, se supone, que las esculturas y los objetos en vez de podrirse, crecieron. Se agigantaron. Y hubo qué llevarlos bajo techo para su protección. Y en ese mismo espacio se dispusieron entonces camarotes y libros para que la gente se tendiera, descansara y leyera, en la huida de la lluvia eterna.
Ha sido la artista la autora de la fábula y de la instalación. Y ha dicho además que su propuesta tiene qué ver con el tema ambiental, la naturaleza y el futuro. Esculturas enormes -construidas en maderas y otros materiales pintados- casi que se pelean un espacio bajo techo, mientras una pantalla de cine muestra fragmentos de películas de ficción, conocidas unas y otras no.
Pero la fábula amarra. Es decir, retiene la imaginación del visitante que, después de pasar una cortina de colores se encuentra con ese mundo extraño que suena a lluvia sin fin y que protege del agua inmisericorde.
El espectador camina, toma fotos, recoge imágenes, observa con detenimiento lo que le impacta, se acuesta en algún camarote, lee o duerme. Esa es la parte más interesante: que la gente acepta la propuesta de descansar y relajarse. Pero el gigantismo está apenas justificado aquí por el supuesto de la lluvia que no cesa e hizo crecer las cosas inanimadas. Gigantismo que se ve desde abajo medio apeñuzcado, dispuesto de manera caótica. 
Quizás esa sensación de lluvia, de humedad, de sitio de refugio dadas las condiciones del medio en un supuesto 2058, sea el impacto pensado, calculado. Lo demás puede estar o no estar allí. Nada resulta indispensable, excepto las camas. 
    

Mahalia Jackson, gracias



Señora Jackson, mis respetos. Viene usted esta tarde, ya de noche en Londres, a recordarme su legado. Enorme además. Y yo la recuerdo a usted también desde hace muchos años en Bogotá, cuando una noche en casa de Francisco Yepes la escuché cantando unos gospel tremendos, herederos de la más cálida y contundente música religiosa negra en Estados Unidos. Desde esa vez la amo, señora Mahalia.

Lástima que se nos haya muerto hace ratico ya. Pero tenemos la suerte de conservar su música, su queja perenne, su voz de trueno, su capacidad de revolcarnos por dentro. Y ahora que la escucho en “Summertime”, debo reconocer que usted lo hizo muy bien con el jazz, en su estilo, claro. No había género vedado para usted. Pero en el gospel, como ya dije, en el soul, en el spiritual y en el jazz, usted estuvo esplendorosa, llena de gracia y de fuerza.

Por eso la recuerdo y la llevo conmigo, para siempre. Gracias sinceras entonces por su legado.  

jueves, 6 de noviembre de 2008

MA Film Making, Kingston - El día!!!


Yo creo que la ansiedad nos comenzó días antes de la presentación en sociedad del corto de Clau, The Galactic Girls. El cuatro de noviembre había sido establecido como día de la proyección de las 18 películas –cortos- realizadas por los estudiantes del MA film making de la Universidad de Kingston, en Londres, en el Curzon Soho Cinema.

Pero era Clau la más silenciosa y ansiosa. Después reconoció que era una especie de prueba de fuego, de quedar en evidencia. Pero Luisa –mi sobrina- y yo la animábamos porque estábamos seguros de la calidad de su trabajo.

Obvio, no se trataba de que The Galactic Girls fuera a cambiar el cine. Se trataba más bien de lo que el cine había cambiado a Clau en este año largo de intensa vida alrededor de ese mundo y de su complejidad. Porque si algo aprendí yo durante esta experiencia de cercanía a Clau cada día, es que hacer cine o video es difícil, complejo, duro, exigente. Y satisfactorio.


MA Film Making, Kingston - En el cine


Estuvimos en el Curzon Cinema, en el centro, a la hora establecida. Diez de la mañana. La gente fue llegando despacio. Como sin afán. Pero se sentía una especie de suspenso en el ambiente.

El espacio era bello, moderno, con cafeterías y bares en los dos pisos. Sala mediana  -para unas 200 personas- y sillas cómodas. A la entrada nos entregaron una hoja con el programa: Kingston University London, MA film making Graduation Screening, decía el encabezado. Dieciocho cortos –en realidad había dos largometrajes que debieron editar una especie de “resumen” en 10 minutos- y un receso en la mitad. Comenzaba Bus Stop (13 minutos), de Ruba Hatem, una estudiante libanesa, y terminaba The Galactic Girls (9.5 minutos) de Claudia Vásquez Ramírez.


MA Film Making, Kingston - El momento...


En el intermedio todos subimos al café a tomar algo. Saludamos a algunos que no vimos antes y nos sentamos con la animadora Hung-Yu Chen, de Taiwan, quien hizo su MA también en Kingston y colaboró en el corto de Clau.

Y claro, los comentarios eran sobre los cortos ya vistos. Que la historia, que la fotografía, que la edición, que los actores, que el sonido… lo sobresaliente y lo que dejaba preguntas. 

Bajamos a la segunda parte. Comenzaba London Vibes, sobre hip hop, del taiwanés Shih-Yun Su, más conocido para todos como Roter. Y llegamos finalmente al corto de Claudia. La ventaja de ser el último, la recordación. La desventaja, el cansancio de tres horas viendo películas.

MA Film Making, Kingston - ¡La foto final! -



The Galactic Girls cuenta la historia de cinco niñas, entre los 8 y los 11, que terminan jugando juntas un juego que solo una de ellas practicaba en solitario: ir al espacio. Las otras cuatro miraban de reojo las actividades raras de la protagonista, hasta que la siguieron y descubrieron su secreto.

Clau estaba ahora sí sudorosa, recostada sobre mi hombro. Hizo algunos comentarios sobre el color, sobre pequeños cambios inesperados, y me imagino que los 9.5 minutos se le hicieron largos y tensos. Porque ya se sabía de memoria cada plano, cada escena. Aplauso final y palabras super breves de Roy, de nuevo, para agradecer.

Todos los graduandos se encontraron en la puerta del Curzon para la foto de la historia. La despedida simbólica de las clases, talleres y grabaciones. Luego, después de los agradecimientos para los tres profesores presentes, Abbe, Mick y Roy, se fueron a almorzar al barrio chino y después a la cerveza de rigor, a un pub cercano.

La celebración fue más que plana, dijo Clau cuando llegó. Tampoco era una sorpresa.

¡Labor cumplida!

lunes, 20 de octubre de 2008

Bizet, por la ventana



Me llega por la ventana entreabierta apenas, a causa del frío, la Habanera, de Carmen, y decido buscarla en mi PC para oirla entera, redonda, plena, en la tremenda voz de Jessye Norman. Y se me paraliza el cuerpo entero.
Bizet se quedó dentro de mí, en un espacio recóndito de mi memoria y de mi piel, desde que una vez, siendo yo muy joven, escuché la ópera completa guiado por el padre Mariño que era coleccionista, conocedor y generoso. Gracias a las explicaciones del caso, lo que ahora llamaríamos contexto, pude disfrutar cada fragmento, cada parte de esta ópera que algunos tildan de ligera pero no por ello menos emocionante. 
Después, años luego, pude comprar un disco de acetato de 33 revoluciones en el que se guardaba entera la versión de Carmen dirigida por Costelanetz, que nunca olvido.  En adelante la escuché con alguna frecuencia, siempre, como diría Mariño, con el corazón en la mano.
Ahora La Habanera me retrotrae, me devuelve, me encanta. Y me deja repleto de sensaciones ricas y un tanto melancólicas en esta mañana de lunes de octubre, en pleno otoño, que se muestra fría y cerrada. 
Bizet me visitó por la ventana y abrió mi espíritu.
 

domingo, 19 de octubre de 2008

Escritores que más ganan por hora


Rowling                      Patterson                  King                           Clancy                 

Puede ser una excentricidad, pero aquí está la lista de los escritores, en lengua inglesa, que más ganan por hora, publicada en la revista gratuita "Short List", de Londres:

1.  JK Rowling. El Imperio Potter le significa 18 mil libras por hora. Unos 34 mil dólares.
2.  James Patterson: 3.240 libras por hora.
3.  Stephen King: 2.880 libras por hora.
4.  Tom Clancy: 2.160 libras por hora. 
5.  Danielle Steel: 1.800 libras por hora.
6.  John Grisham: 1440 libras por hora.
7.  Dean Koontz: 1440libras por hora.
8.  Ken Follet: 1.260 libras por hora.
9.  Janet Evanovich: 1.080 libras por hora.
10.Nicholas Sparks: 1.044 libras por hora.

*   Hay que tener en cuenta que el salario mínimo por hora en el Reino Unido es de 5.52 libras.
** Ningún escritor colombiano, ni García Márquez, quien es el que más ha vendido y vende aún,  se acerca a estas cifras. De hecho, solo García Márquez, entre los escritores colombianos, podría vivir de sus derechos de autor. Ni siquiera Germán Castro Caycedo -el segundo más vendedor de libros- puede darse ese "lujo".
  

lunes, 6 de octubre de 2008

'Todo cambia'


Como en la hermosa canción de Julio Numhauser, que hiciera famosa Mercedes Sosa, ahora en Londres "todo cambia". Sobre todo el tiempo. Y la vida cotidiana depende en buena parte de él.

El verano fue una exhalación. Una especie de mascarada. Si mucho tuvimos una semana de calor en serio –alrededor de los 30- contando días dispersos. Y ya. Llovió más de la cuenta, se hizo gris y nublado e incluso frío. Templadito, más bien.

Y el otoño, que apenas lleva dos semanas, apunta helado. Algunos días de sol deslumbrante pero de vientos para calar huesos. Lo que me hace pensar desde ahora en el invierno. Aunque no me preocupa. 

El otoño me entretiene, me abre los ojos como ventanas colosales. Puedo ver cómo todo lo verde, casi todo en verdad, se va tornando amarillo, naranja, rojo, granate, tierra. El otoño es el despliegue de los colores, el desafuero de los cambios.

El cielo va y viene, se abre, se cierra, es azul, tremendamente limpio, o es gris, decididamente plomizo. Y la temperatura me recuerda la bogotana, tan rica con un buen saco.

Londres se viste para la temporada. No cesa su actividad, no se amedrenta su fuerza, su ciclo inacabable, su efervescencia sin freno. Y todos hacemos parte de ese transcurrir que vemos interrumpido apenas por la muerte de una paloma o la de algún vecino del barrio.

martes, 23 de septiembre de 2008

Migue, el irremplazable


                                                     Para Alicia y Catalina

Con Miguel compartí mucha vida. Fue profesor mío en la facultad de filosofía y letras de la UPB, en Medellín. Hace muchos años, obvio. Después estuvimos juntos en El Colombiano, en dos tareas diferentes. Yo era el redactor cultural y él era el coordinador del suplemento dominical, hoy Generación, por encargo de Juan Zuleta Ferrer.
Después fue profesor en Eafit. Dos veces. Porque lo echaron después de una huelga de profesores contra medidas dictatoriales de un rector que pensaba más en la represión que en la academia. Lo tuvieron qué reintegrar -como a muchos otros- y poco tiempo después lo volvieron a despedir, como a los demás. El señor Sanín se saldría una vez más con la suya.
Trabajó como director de Extensión Cultural del Departamento de Antioquia. Su más clara y consistente tarea fue darle nueva vida a la Colección de Autores Antioqueños, de la que logró imprimir alrededor de 100 títulos, muchos de ellos dedicados al rescate de valores embolatados y perdidos en archivos y olvidos.
Después llegó a la Biblioteca Piloto, donde fue el fundador y motor y entusiasta de la Sala Antioquia, espacio dedicado a la cultura regional en todas sus vertientes y convertido en invaluable material para lectores e investigadores. En la BPP llegó a ser el subdirector y mano derecha de Gloria Inés Palomino, directora desde los 80.
Pero Miguel ante todo fue un buscador afanoso y persistente de los valores de su entorno, un amante, investigador y difusor de las literaturas y de las demás artes, todo ello centrado primordialmente en Antioquia. Porque ese era su mundo, su foco, su pasión. Y esa especialización le dio profundidad y detalle a su conocimiento.
Escribió muchos artículos en periódicos y revistas. Recogerlos en uno o varios tomos será un reto de La Piloto, supongo. Miguel era un escritor serio, detallista, documentado, de esos que ponen su nervio y estilo al servicio de sus ideales. No le importaban los reconocimientos sino el acercamiento de los públicos a sus raíces, a sus ancestros, a los valores que forman y definen la identidad regional.
Pero no se quedaba ahí Miguel. Era el mejor anfitrión, el más atento orientador, el más galante a la manera antigua, si se quiere. Por eso todo el mundo quedaba encantado con Migue -como le decíamos muchos y muchas-.  Ya lo expresó mejor Pascual Gaviria en su columna de El Colombiano: descuidó quizás sus propios intereses como investigador y escritor sobre la cultura, en favor de los intereses y necesidades de los demás.
Pero ni aún así me acerco con justicia y precisión a Miguel. Porque tuve la suerte enorme de ser uno de sus amigos cercanos, desde la universidad y por siempre. Y ese fue un privilegio. De los mejores que me ha brindado la vida. En serio. Lo digo con sinceridad. Y aunque yo viviera en Bogotá por años y él en Medellín, al lado de su Alicia y su Catalina.
Miguel Escobar Calle murió el 13 de septiembre en la noche, en la clínica León XIII de Medellín, después de un coma por una embolia cerebral que lo mantuvo inconciente desde el 2 de ese mes. No me sorprende que Migue se haya ido en silencio, en ejercicio de su permanente bajo perfil. Y de alguna manera me consuela que no haya sufrido los rigores y dolores y depresiones de una enfermedad larga.
Miguel se fue antes de tiempo -si se puede decir así-, antes de lo justo -si se puede decir así. Y todos los que fuimos sus amigos del alma hemos quedado a la deriva, adoloridos, suspendidos, aletargados, atentos a sus rastros: los múltiples aportes que ha dejado y los recuerdos de su enorme calor y queridura.
Nadie nos remplazará a Migue.
  

Notícula - Adios a las tareas


Un debate que lleva varios años en Gran Bretaña, y dentro del cual las instituciones educativas van tomando posición, empieza a materializarse: Varios colegios prestigiosos han acabado con las pesadas tareas en casa en vista de que deprimen a los estudiantes y generan efectos perjudiciales.
Una de tales instituciones, el Tiffin Kingston-upon-Thames, ha decidido que sus estudiantes se dediquen en casa a ver televisión educativa, a hacer deportes, escuchar música o a alguna otra actividad extra curricular, para lo cual los orienta y motiva.
Gary James, vicerrector, dijo que "las tareas se acabaron". Teníamos jóvenes que debían dedicar entre tres o cuatro horas diarias al trabajo escolar en casa, en perjuicio de los deportes, las prácticas musicales o el simple hecho de pasarla bien. Las cosas no están bien cuando un joven debe privarse de ver un documental de temas ambientales en la televisión por estar ocupado en una tarea escolar. No volveremos a poner tareas".
  

jueves, 18 de septiembre de 2008

Londres...un año ya

Londres, a un año, es la misma y otra. No le pongo misterios. Lo que pasa es que la ciudad, la experiencia cotidiana en ella, es semejante en muchas cosas a la de los primeros días, hace un año ya, y en otras resulta hoy completamente distinta.

El deslumbramiento de las semanas iniciales era tremendo. Y permanente. Cada edificio, cada calle, cada parque resultaban una revelación, en la medida en que la ciudad es diferente, enorme, vieja y bien tenida, ordenada y hermosa.

El ansia y la necesidad de conocer, de ver, de retener los detalles, y de orientarse, hacían intensos esos días. Salir era una excursión hacia lo desconocido. Queríamos viajar solo en bus para sentarnos en la primera fila del segundo piso y tener al frente ese mapa inacabable de avenidas curvas, de casas a la vez semejantes e individualizadas, de construcciones antiguas y majestuosas, de calles bien señalizadas, de tráfico con el mínimo caos posible, comparado con el de nosotros.

La ciudad desde los buses

Tomábamos muchas fotos desde los buses, pues entre otras esa altura permite mirar la ciudad desde otro ángulo, casi con otra óptica. Tanto es así que cuando uno camina por calles ya transitadas, a veces no las reconoce. Todo parece diferente.

Fuimos conociendo y familiarizándonos con la ciudad desde las ventanillas de los buses. Aunque el centro, el gran centro, lo que aquí llaman “la city”, lo fuimos enfrentando a pie. Así toca. Para registrar todo despacio, para permitir el asombro y el placer de mirar con detenimiento, con emoción.

Pero el deslumbramiento fue pasando. Como todo. Cambió con lentitud hacia la mirada crítica, hacia la comparación. “Aquí, esto; allá, aquello”. Somos bien distintos a los británicos pero la vida aquí le ayuda a uno a entender por qué somos así, por qué pertenecemos a la llamada cultura Occidental, pues no es un asunto de mera geografía. Y claro, también le deja en claro en cuántas cosas nos diferenciamos.

La etapa de la balanza

Así que llegó meses después la etapa de la balanza. En la que perdemos constantemente, desde el punto de vista de la organización social, de la presencia del Estado, de la educación y la cultura. Y otras cosas en las que no me voy a detener ahora.

Y la da a uno envidia y desazón. Porque en medio de semejante despelote en el que anda nuestro país –aunque aquí también haya crisis y muy severas- no parece haber una salida relativamente seria, consistente y rápida. Me refiero a que en una nación en guerra, donde las prioridades del gobierno se concentran ahí, la consolidación de la economía, la educación, la salud, la investigación, la vivienda, la cultura, en fin, todo aquello que define la vida individual y social, las soluciones vienen a paso de tortuga mientras la corrupción y el afán desmedido por el poder pescan en río revuelto.

Por fortuna, fuimos entendiendo que había que sacarle provecho a la estadía en esta ciudad. Conocerla mejor, recorrerla, visitar sus lugares representativos. Y por supuesto, ir a los eventos públicos gratuitos –aunque aquí la mayoría de cosas son pagando-, tomarse una cerveza en algunos de los cientos de pubs, conocer sus mercados, recorrer los almacenes “ícono”, comparar los barrios elegantes con los medios y los populares, caminar, preguntar, tomar café en tantos sitios agradables y comprar a veces papas fritas en McDonalds.

De Morden a Stockwell

Ya no sentimos temor ni nos da susto perdernos, porque todavía sucede. Esta ciudad no parece acabarse. Al principio, los primeros cinco meses, vivimos hacia el sur-occidente, a dos horas del centro. Hoy nos parece una barbaridad. Pero el afán de conseguir un cuarto relativamente cerca de la Universidad de Kingston y además acomodado a nuestro presupuesto, mas el desconocimiento de la ciudad entonces, nos “obligó” a quedarnos en Morden.

Después nos fuimos para Wandsworth, un sitio intermedio, a una hora del centro, de barrios hermosos de comienzos del siglo XX. Pero allí la convivencia fue difícil al final de los tres meses que alcanzamos a estar porque casi todos los inquilinos sentían ser los únicos en la casa. Los demás no existíamos.

Y hace tres meses largos estamos en Stockwell, al lado de Brixton, una zona movida, mezclada racialmente, con mala fama en ciertos sectores por asuntos de drogas, pero que nos ha parecido bien, sin riesgos de ninguna clase, y a escasa media hora del centro. Peggy y su marido Sean nos han hecho sentir bien y sus gatos ya se acostumbraron a nuestra presencia. Es más, los que son más caseros –pues la mayoría permanecen en el patio- nos buscan para que los consintamos.

Turismo endiablado

Londres es una ciudad de un turismo endiablado para nosotros. Siempre, haga sol, llueva o truene –y aquí truena muy poco, la verdad- hay gentes de todo el mundo en las calles del centro, las más turísticas pues son las más relacionadas con la historia, con las artes, con el comercio y con los hoteles y restaurantes. Dicen que se hablan aquí alrededor de 200 idiomas. ¡Qué tal!

Da gusto ver que todo el mundo se toma fotos, que todos llevan cámaras digitales a la vista, portátiles en maletines marcados, joyas y relojes finos, y nadie se preocupa. No existe esa clase de ladrones. Da gusto ver (jajajaja) que todo el mundo se despista igual que nosotros antes, que consultan sus mapas, que preguntan en el inglés que pueden. Da gusto ver las caras diversas, las vestimentas, las actitudes, pero también el respeto de unos por los otros.

Un año que se ha ido rápido, a toda, y que nos ha deparado muchos momentos ricos y hasta hartos a veces, de los que con seguridad hablaremos algún día cercano.


viernes, 29 de agosto de 2008

Notícula - Museos venderán colecciones



El anuncio de que los museos deberán vender algunas de las colecciones que mantienen guardadas, tanto para comprar nuevas como para enfrentar sus crisis, ha causado malestar y polémica entre los directivos más de mil 500 de estas instituciones en el Reino Unido.

Algunos directivos arguyen que va contra la ética negociar así con las obras que en el fondo pertenecen a los donantes y a las comunidades: “A los benefactores no les gustará que un día cualquiera se vendan las obras que ellos aportaron”. Pero otros han ido más lejos y han procedido de acuerdo con la directiva de la Asociación, que dio el visto bueno a la venta de dos obras reconocidas, The Triumph of Love, de Edward Burne-Jones, y Jasmine, de Albert Moore, por 600 mil y 800 mil libras, respectivamente, “pues no hacían parte de las obras más cercanas al corazón de la Galería Watts, en Crompton.

Sir Roy Strong, ex director del famoso Museo Victoria y Alberto, en Londres, dijo “bienvenido el cambio”. Y Mark Taylor, director de la Asociación de Museos, aceptó que se guardan muchas colecciones de arte que el público no puede ver. “Magníficas colecciones se archivan puesto que se consideran sin interés”.

jueves, 7 de agosto de 2008

La comida donde Antonio





Esta sí fue una casualidad de la vida. De las buenas.
- Antonio es un español, chef recién retirado, con casi 20 años en Londres, que resultó convertido en personaje de un corto que Karl Elterwaag, compañero de Clau, realiza como trabajo final de su maestría en cine.
- Karl conoció a Antonio gracias a Daniel, un nigeriano que hace encuestas y que también fue reclutado como actor.
- Y nosotros conocimos a Antonio porque Clau hace la cámara de una parte de la película de su "classmate".
Así que cuando Antonio invitó a una comida (almuerzo) en su casa de Brixton, estábamos en la lista. Y de una vez nos anunció el menú:
- Sangría
- Tapas españolas de entrada: Langostinos, chorizo, queso manchego, jamón serrano y aceitunas.
- Paella, al estilo asturiano: con mariscos y pollo.
- Postre: torta helada con fresas.
- Vino espumoso catalán, de una edición especial.

Y aquello fue una delicia. Da hasta pena contar los detalles. La sangría estaba sabiamente equilibrada y fresca. Suave. Sin estridencias. Las tapas, impecables. Los langostinos enteros, sin pelar, el queso ni duro ni blando, cremoso. El chorizo y el jamón, "eavemaría".
Pero la paella se llevó, para mí, los elogios. Qué ricura de paella la que sirvió generosamente Antonio, con la ayuda de su esposa colombiana -de Medallo- Angélica.
Todavía creo tener en mi boca aquellos sabores. Todavía me parece sentirlos como una magia que me hizo feliz.

Carnaval del Pueblo



El domingo 3 de agosto se celebró en Londres el más grande festival latino de cada año, que llegó a su décima edición: el Carnaval del Pueblo.
Como resulta obvio, se pretende reunir a la comunidad de Latinoamérica en un parque para que tenga la oportunidad de festejar, de encontrarse, de comer algo de su tierra o de los vecinos, de comprar regalos típicos y de escuchar su música.
Lo rico fue que el Carnaval comenzó con un desfile nutrido y bulloso, en el que aparecían grupos representativos de las culturas latinas, unos más vibrantes que otros es cierto. Miles de personas los iban aplaudiendo, como si presintieran de una vez la fuerza de la reunión en el Burgess Park, en la zona de Elephant and Castle, a donde fueron llegando todos.
La llovizna no opacó la fiesta. La gente fue guiada con claridad hacia los diferentes espacios: el escenario principal, la zona brasileña, la zona de la nueva generación, la zona andina, la zona de la salsa, el punto de encuentro mexicano, la zona colombiana, la zona de los niños y la zona de juegos.
En cada sito había puntos de venta de artesanías y de comidas. Incluso se "colaron" algunos restaurantes hindúes, árabes y tais. Pero todo resultaba válido y oportuno. Vale decir que la comida mexicana, la colombiana y la peruana eran las más solicitadas. Las filas eran respetables. Pero también es necesario reconocer que muchos alimentos se quedaron en las intenciones. Es decir, parecían ser lo que por dentro no eran. Siempre pasa.
Las músicas, en cada zona, tenían su público enardecido. Pero no se peleaban la una con la otra. Y el escenario principal presentaba los espectáculos en vivo, siempre tratando de ofrecer lo propio, lo que hace vibrar, lo que eriza los vellos.
Música y llovizna. Almuerzo y llovizna. Vientos fuertes y fríos como de un otoño adelantado. Pero nadie se movía.
El Carnaval del Pueblo reunió a miles de personas. Unos dicen que 10 mil. Otros que 20 mil. Vaya uno a saber en semejante parque. Lo cierto es que muchos ingleses y habitantes de Londres provenientes de otras regiones, estaban allí curiosos y alegres, gozándose la tarde larga del verano frio que fue bajando al final un poco los ánimos.
Latinos por miles y miles en Londres. En el mismo punto. Uf!
...
Nota: Ni un café que valiera la pena en este Carnaval. Ni la sombra de la Federación de Cafeteros. Ni el rastro de la mula de Juan Valdez. En esta ciudad el café colombiano permanece escondido en algunos supermercados, y ya. Promoción? Mercadeo? Presencia? Penetración? Venta? Degustación? Cero.

Notícula - Crímenes con arma blanca



La noche del 6 de agosto un joven de 18 años cayó herido mortalmente cuando al salir de una tienda quedó entre el fuego cruzado de dos pandillas, en el sur de Londres. Era el 22 adolescente asesinado este año en Londres, el primero a bala. Los otros 21 fueron muertos a cuchillo.
La ciudad está conmocionada. Las gentes y las comunidades reclaman seguridad y tanto el primer ministro, Gordon Brown, como el alcalde, Boris Johnson, han autorizado a la policía medidas extraordinarias, como requisar sospechosos en plena calle, retenerlos sin más e interrogarlos. En el último mes han sido detenidas más de mil 500 personas, la mayoría menores de edad. Y ya fueron anunciados 30 nuevos grupos de la policía que se encargarán de vigilar los trenes, el "underground" y los buses.
Las pandillas hacen su fiesta en la ciudad y el ambiente de intolerancia se va volviendo denso y preocupante. La única ventaja es que las autoridades son eficientes e implacables. Pero ni eso parece atemorizar a los portadores de cuchillos, desde hace unas semanas considerados delincuentes por tan solo llevarlos.

domingo, 27 de julio de 2008

Afiches para conservar


La inauguración de Blisters on my Fingers estuvo chévere. El sitio, en el norte, es la sala de exposiciones y actividades variopintas de un grupo de artisas gráficos e impresores, ya reconocido. Es una especie de taller de mecánica viejo, que guarda detalles preciosos de su primera vocación, y que recoge un mobiliario alternativo que a veces logra salones de estar y a veces escenarios de fotografía y video. De hecho es todas esas cosas.
Allí fue donde mi sobrina Luisa expuso su afiche, junto con otros 34 grabadores seleccionados en una convocatoria por internet. Ella estaba radiante, claro. Satisfecha. Era la única latinoamericana.
Recorrimos despacio la muestra, observamos con detenimiento -hasta donde la gente dejaba- lo que más nos interesaba, tomamos fotos y nos bebimos muy despacio una cerveza polaca.
Ahí les dejo el link por si quieren ver todos los afiches: http://www.printclublondon.com/shop_blisters2.php

Banksy de un día



Banksy es el más famoso grafitero de Londres. Tiene prestigio internacional. Pero pocos lo han visto y menos lo conocen. Trabaja en horas insospechadas, en lugares que escoge con ojo de lince, con técnicas que le envidia más de un artista gráfico.
Se dice que es moreno, de complexión mediana, y siempre mantiene medio tapada la cabeza cuando pinta. Hace dos meses hizo parte de una muestra curiosa y contestataria en la zona de Waterloo, donde hubo desde grafitis hasta instalaciones, y recientemente parecía en receso. Hasta que esta semana apareció una obra suya, de cinco pies de alta, en un muro cercano a las oficinas de la alcaldía local de Wandsworth.
En el grafiti de Banksy se vía al famoso Hardy, de la conocida y vieja serie de películas de Laurel and Hardy, con su sombrero típico, sonriente, pero vestido con uniforme de la policía londinense y armado de tremendo fusil. La nota la publicó el periódico thelondonpaper en la página 5 del jueves pasado. La foto se las envió una lectora, Mary Taylor, quien les dijo que la había tomado por la mañana del miércoles y que por la noche ya no estaba. Podrán ver.

Por acusar gratis...



En cierta forma resulta frecuente en el UK que algunos periódicos sensacionalistas deban rectificar informaciones y pedir disculpas públicas a los ofendidos, por orden de los jueces. Incluso se dan casos en los que esos diarios deben pagar multas no al Estado sino a quienes han sido objeto de afirmaciones falsas y perjudiciales.
Pero lo que sí tiene preocupados a muchos de tales medios, y que de paso propicia múltiples debates en y alrededor de la prensa, es el de Max Mosley, presidente de la organización Fórmula 1, pues el News of the World lo acusó de ser un nazi, de promover tales valores y disfrazarse de militar alemán en sus juergas sadomasoquistas.
Un juez falló esta semana en favor de Mosley. El diario, del grupo al que pertenece The Times, deberá ofrecer disculpas al empresario y pagarle nada menos que 60 mil libras -unos 115 mil dólares- pues el juicio determinó que Mosley hacía diabluras en su vida personal, en espacios privados y con adultos capaces de decidir, y que de ninguna manera estaba promoviendo valores nazis. Y vienen otras demandas.
Así que The Times reflexionaba en su editorial del viernes sobre ello y llamaba a la cordura editorial, a la ética, a la necesidad clara de tener los respaldos indispensables antes de acusar a alguien.
¿Y entre nosotros?

martes, 8 de julio de 2008

Blisters on my Fingers


35 artistas
35 afiches en screen
35 ejemplares de cada uno
35 libras esterlinas su precio unitario.
Esta exposición, convocada por internet y seleccionada por expertos impresores y galeristas, se inaugura este viernes en Londres y estará abierta tres días.
Lo más interesante -para nosotros- es que Luisa Uribe Uribe, mi sobrina que realiza un MA en artes y diseño en la Universidad de Loughborough, fue una de las seleccionadas.
La exposición fue idea de Printclub y se llama, precisamente, "Blisters on my Fingers".
Entre los ya consagrados que hacen parte de los 35, están Pure Evil, Jon Burgerman Eine, Andrew Rae, Studio Oscar, Jenny Bowers, Steve Wilson , Jody Barton y Rosestalaard.
Detalles en www.printclublondon.com