viernes, 30 de noviembre de 2007

Notícula - Maletas perdidas



Uno de cada 10 pasajeros de avión, en el Reino Unido, deja olvidadas o pierde sus maletas, según reveló uno de tantos estudios que se hacen a diario por aquí.

Es, además, el dolor de cabeza más frecuente entre dichos pasajeros y es lo que, al tiempo, les arruina las vacaciones, las fiestas, el puente o el simple regreso a casa.



El 57% reconoció que entregaron sus maletas en vuelos equivocados.

El 27% fueron embolatadas por las propias aerolíneas, y
El 8% reconoce que las dejaron en algún lugar, por olvido.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Notícula - delitos en los buses


El alcalde de Londres, Ken Livingstone, está preocupado por un aumento -3.4 por ciento- de contravenciones y delitos en los buses de la ciudad, en el último año. Y en esas categorías se incluye desde el daño físico a los vehículos hasta la agresión a pasajeros y los robos.

Lo que más se incrementó fue la agresión contra las personas, que pasó del 22 al 25% -4.167-. Los robos bajaron del 16 al 13%, -2.113-. Las ofensas sexuales siguen en el 1%, y los casos relacionados con drogas subieron al 2%.

De todos modos, las autoridades creen que las cámaras de video que se instalaron en todos los buses ayudan a hacer más segura esta modalidad del transporte en la ciudad, cuyos pasajeros aumentaron un 7%.

Cada día tres buses nuevos se integran a las rutas de Londres.

Con respeto y fervor

Mose Allison. Un tipo desconocido para la mayoría. Pero yo lo quiero. Resulta, para entrarlos al tema de una, que en el jazz se ha sufrido de cierta escasez de voces masculinas, en comparación con la cantidad increible de mujeres que han grabado con reconocimiento, y que se han convertido en figuras y para siempre. Aún así, nadie daba cinco por un cantante blanco que se atreviera a cantar jazz. Muchos de quienes ensayaron -que los hubo- se quedaron en los registros de salones y clubes, si acaso. De pronto en algunas grabaciones. Quizás mencionados en antologías.


Alguien diría que Sinatra fue el genio. Si, de pero de la canción en general. De la canción gringa sobre todo. En el jazz estuvo poco. Hasta que lo arrastró la fama, sin más. Pero en realidad el hombre blanco que canta jazz con "voz de negro", como se le ha dicho, es Allison. Escribe canciones de esas que se pegan del cuerpo, una mezcla preciosa entre el blues y el jazz. Por eso lo quiero y cada que lo escucho me encanta más su voz pegajosa, informal, íntima, quejumbrosa. De maravilla. Además, toca el piano como utiliza su voz, con ese sonido que se va debajo de la piel, que quiebra los sentidos.


Allison nació en el delta del Misisipi y desde los 5 años estuvo del lado de la música. Ha recibido tantos reconocimientos como grabado discos, ha compuesto sus propias canciones y muchas de ellas se han llevado al rock y otros géneros. El director británico Paul Barnays realizó sobre este músico un documental titulado “Mose Allison, Ever Since I Stole the Blues”, para la BBC. Recientemente se han publicado antologías y remasterizado sus canciones viejas. Vive actualmente en Long Island, N.Y., con su esposa Audre, con quien tuvo cuatro hijos. Todavía escribe y realiza conciertos con su propio grupo
Mi tributo entonces a Mose Allison, a quien acabo de escuchar con respeto y fervor.


lunes, 26 de noviembre de 2007

Notícula - Respiro a bibliotecas

Ochenta millones de libras, unos 165 millones de dólares, provenientes de las ganancias de la Lotería, serán repartidos en alrededor de una docena de bibliotecas zonales en el Gran Londres, según publica la prensa.
La determinación contrasta con las dificultades por las que pasa la famosa Biblioteca Británica, una de las más grandes y valiosas del mundo, pues no solo no le aumentan el presupuesto hace varios años, sino que la han amenazado con recortarle dineros. Tanto, que la BB adelanta una campaña entre sus amigos y usuarios para que hagan donaciones de cualquier monto.

La Biblioteca Británica ofrece un fondo de más de 13 millones de títulos en sus diversas colecciones; 9 millones de artículos de más de 20 mil periódicos, 90 mil pinturas y partituras de valor histórico, y 10 millones de grabaciones, entre otros.

martes, 20 de noviembre de 2007

Otra vez por cuenta de la música


Otra vez por cuenta del jazz se me crispan los vellos. Es como lugar común pero me viene al dedillo. Me pasa, simplemente. Primero, una vieja canción, cuyo nombre se me escapa, interpretada por Joe Williams. Talvez no hay voz masculina en el jazz como la de este tipo. Tremenda. Con fuerza. Capaz de susurrar y de contar y de paralizar. Creo que era una canción de los 40. Pero hermosa. Y luego, sin que tuviera mucho que ver pero ahí sonaba, una composición de Compay Segundo, quizás la más célebre obra del viejito maravilloso aquel que nos dejó un legado inusual, para siempre. Esa canción me hizo recordar, después de que la escuché, que un señorón bogotano, muy refinado él, se burlaba de ella en una columna de opinión que le publicaron en El Tiempo, porque cómo le iban a cantar eso que habla de "se me sale la babita" al Papa Juan Pablo II -que descansa en paz por fortuna- en su visita a Cuba. No me digan que "Chan Chan" no es fuera de serie. Y enseguida, en cadena, Sinatra en sus buenos tiempos, cuando cantaba jazz del lento, de ese que se pega de la piel y lo arropa a uno, lo defiende del frío y de la soledad y le deja una sensación de quietud mística. Ese Sinatra sí que es poderoso. Pero se necesita tener el oído dispuesto a escucharlo para no sentir tedio. Porque el tedio se siente si ese jazz no llega adentro, a la raíz del diafragma que nos hace respirar y suspirar. Y para colmo, yo aquí, en esta Londres fría ya en el último mes del otoño -dicen que ha sido uno de los más hermosos en los últimos años- en este cuarto tibio que me permite escribir sin chaquetas encima, sin pesos adicionales, sin cubiertas. Y eso es una sumatoria entonces, sensaciones que se mezclan y lo revuelven a uno, sin piedad, ricamente, sin dolores de nada ni remordimientos. Todo eso me hizo recordarlos.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Notícula - Gobierno presenta excusas









Nada menos que la ministra de asuntos domésticos, la señora Jacqui Smith, presentó excusas hace días ante los británicos porque las estadísticas que se divulgaron sobre el aumento de la inmigración, desde 1997, estaban erradas.
Desde esa fecha, el Reino Unido ha aceptado 1.1 millón de inmigrantes, 300 mil más de lo convenido con el parlamento. En términos de trabajo, los extranjeros se han hecho al 40.7 por ciento de los 2.7 millones de empleos creados desde entonces.
La ministra Smith dijo que lo importante es que en el país se hayan generado precisamente esos 2.7 millones de empleos desde 1997.
¡Qué envidia! ...de la buena.

Notícula - Chalets ilegales al suelo


Alrededor de 250 mil casas de vacaciones y recreo de británicos podrían ser demolidas en España, según dijo la prensa local, pues el gobierno de la Península se propone derribar aquellas residencias, chalets, piscinas, bares, restaurantes, comercios y hoteles que han sido construidos a menos de 100 metros de las playas, lo que es ilegal.
Se calcula que un millón de británicos poseen casas en España. Pero los afectados con la decisión son los dueños de chalets en Alicante, Málaga, Canarias, Baleares, Murcia, Almería, Barcelona, Valencia, Cádiz, Granada, y otras poblaciones costeras.
De todos modos, el gobierno español indemnizará -aunque no en cien por ciento- a los propietarios.

martes, 13 de noviembre de 2007

Migratorias por miles


Uno de los espectáculos más hermosos y conturbadores de estos días, por estas tierras del suroccidente de Londres, es el paso constante de bandadas de cientos y miles de aves migratorias.

Vuelan a media altura, en grupos de diverso tamaño, tratando de no ir de frente contra el viento helado. Su dirección es siempre del nororiente al suroccidente, y se ven por los cielos de Morden al final de las tardes.

No se qué aves son. Por su tamaño pueden ser patos, gansos, cigüeñas, en fin. Pero las que pasan por aquí parecen siempre las mismas. Uno piensa si vienen desde muy lejos, si han descansado, si han podido encontrar el lugar en el que reposaron o se alimentaron el año anterior, si llegarán a su destino. Ellas, empecinadas, llevadas sin freno por un mandato de la naturaleza, buscan tierras menos frías para pasar el invierno y tener sus polluelos.

Muchas de estas aves, según los entendidos, vuelan miles de kilómetros cada vez. Para ir y para regresar. Y se calcula que la mitad de ellas mueren en el esfuerzo.

Bello espectáculo este de la migración de las aves. Motivo de reflexiones. Bien profundas.

'Bonfire': polvora por doquier


El primer fin de semana de noviembre esta ciudad se llenó de pólvora. Y aún se queman voladores. Se trataba del 'Bonfire', o fuego bueno, una tradición de más de 400 años según la cual se conmemora con fiestas y fuegos artificiales, 'fireworks', controlados e inofensivos en principio, la historia de Guy Fawkes, un fanático católico que prendió fuego a lo que hoy equivaldría al parlamento, pero fue controlado por la gente. La celebración quiere oponer un fuego bueno, positivo, entretenido, al fuego devastador y perverso.

La pólvora se vende al público, a mayores por supuesto, en sitios controlados. Se trata de pólvora producida industrialmente, segura y costosa. Pero lo fuerte de la conmemoración son los espectáculos de juegos artificiales en parques y lugares abiertos, por doquier, que se pueden ver gratis desde lejos pero a los que hay que pagar si se quiere estar en primera fila. En muchas partes hay música en vivo que armoniza o va en consonancia con los fuegos.

Aquí van, entonces, unas imágenes.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Esta casa es un caso

Llevamos como mes y medio aquí en 48 Love Lane, y estamos bien lejos de conocer los vecinos de la casa.



En el segundo piso hay tres cuartos. En el más pequeño vive "Oscuro", de cuyo nombre no estamos seguros y por eso le decimos así. Sabemos que es africano, de Ghana, pero tampoco tenemos idea en qué trabaja. Se viste de sport, a veces medio rapero sin lujos, y es un hombre no propiamente alto pero acuerpado, de facciones pulidas y callado. Apenas saluda a quien se encuentra camino al baño o a la cocina y se encierra como un monje a escuchar música hip-hop, y a ver televisión. Por fortuna, utiliza un volumen muy moderado.
Pero en lo que no tiene consideración es en la cocina: deja todo salpicado y no limpia. Y chorrea el baño, dos veces a la semana por esta época, cuando se da una ducha. Sabemos que come pescado frito y pizza que trae o pide por teléfono, y los fines de semana hace arroz blanco que después combina con carne de res o pollo cocinados en pasta de tomate en cantidades industriales.



En el otro cuarto vive "Claro", de quien tampoco sabemos el nombre. Y lo mismo: apenas saluda entre dientes cuando se cruza con alguien en el camino. Es separado y los fines de semana trae dos niñitos, como de tres y dos años, que a veces hacen su respectivo berrinche pero con moderación. "Claro" los saca en su carro -un BMW viejo pero bien tenido- que estaciona al frente de la casa todo el tiempo. Les compra cosas y les carga los juguetes y bien, los jonjolea con entrega.

Por lo blanco y por el acento, Clau dice que debe ser irlandés o escocés. No tenemos ni idea ni le vamos a preguntar por ahora. Yo, personalmente, apenas medio le entiendo alguna frase, de las pocas que dice, pero en general me deja mirando para el techo. No utiliza la cocina sino para lavar trastos, pues come enlatados en su cuarto; lo mismo los niños. Trae enlatados al por mayor del supermercado. No lo sentimos escuchando música. Mantiene el televisor prendido y la mayor parte del tiempo juega a los carros de carreras en su tv.



En el otro cuarto, el mejor del segundo piso, viven los dos colombianos. El tipo se la pasa ahí en la semana, en general, aunque a veces sale a caminar un rato o a traer algo que les hace falta. En las noches, espera a su esposa en el paradero del bus o del tren -si no está lloviendo, claro-. El fin de semana casi siempre salen juntos después del medio día y vuelven en la noche. Son como tranquilos, mantienen un computador prendido, en el que gorrean internet inalámbrica, escuchan música y ven algunas cosas de la televisión gratuita por internet, que es remala.



Ellos sí utilizan la cocina -se adueñan de ella durante el día- y el patio para extender la ropa. El tipo mayor cocina mientras la mujer va, al parecer, a la universidad. Fue lo que dijo recién llegada. Después les cuento en detalle lo que cocinan y comen, que no es gran cosa, por demás. Hablan español y aunque nadie sabe dónde exactamente queda Colombia, todos tienen claro que son latinoamericanos.

Y en el primer piso, en el mejor cuarto de la casa, que resultó de unir la sala y el comedor, viven dos albaneses -sí, de Albania, un país que hizo parte de la por fortuna ex Unión Soviética-. Hablan un idioma incomprensible, como todos los de las naciones balcánicas, que nosotros llamaríamos albanés, pero que ellos llaman sish, o algo así. Se defienden lo básico en inglés y son formales aunque también viven encerrados. Y se entiende porque en la casa no hay espacios comunes distintos al baño o a la cocina. Saludan más afablemente y añaden algún comentario. Cocinan sus cosas y tragan que da miedo.

No sabemos sus nombres. Nos damos cuenta por la correspondencia que tienen nombres de origen latino con consonantes adicionales al final, y apellidos de la zona. De la de ellos, obvio. Son blancos, no tanto como los ingleses, de cabello oscuro y contextura media.
Bueno, este es el zoo de la casa 48 Love Lane, en Morden. Cada quien en su jaula, haciendo su vida, armándola, sin irrumpir en la de los vecinos. Ni lo mínimo.

El día es ya de noche



No pretendo parodiar el título de una película que se está presentando aquí -"30 días de noche"- pero no tengo remedio. Son exactamente las 5 de la tarde, hoy lunes 5 de noviembre, y está oscuro. Esto, para un terrícola de la zona tórrida, como yo, es un cambio radical. Y eso que falta. Los que saben del tema dicen que cada día anochece tres minutos antes y amanece otros tres después. En enero- febrero tendremos los días más cortos del año. Habrá que verlos, si es que tenemos tiempo.
El otoño avanza con paso decidido. Hay amaneceres hermosos, soles de medio día veraniegos y crepúsculos grises, con frecuencia curtidos por colores fuertes, por ráfagas de amarillos, naranjas, rojos, alucinantes. Y ese cambio de colores se apodera de muchos árboles, lo que vuelve los paisajes breves, cambiantes. Los árboles que la semana anterior estaban verde-amarillos, ahora ya son casi rojos o han formado una alfombra de hojas secas y húmedas alrededor de tu tallo. Esa escena de árboles con hojas que cambian de colores y pisos sembrados de hojarasca, es preciosa.

El otoño aumenta su severidad. La mayoría de la gente ya sale, en la tarde, con abrigo, con sombreros, gorros, bufandas y guantes. Claro que no falta el inglés con cervezas de más que lleva el saco en la mano, o la sardina que sale a la calle en minifalda, sin medias, como si estuviera en verano.

El otoño arrecia sus temperaturas. Días entre los 5 y los 17 °C, y noches entre los 10 y los 3 °C. Con variantes en todas las regiones y ciudades del Reino, imcomprensibles para nosotros, calentanos que se arman de valor y de saco para enfrentar la temporada fría, una experiencia radical que trataremos de disfrutar como sea.