miércoles, 28 de noviembre de 2007

Con respeto y fervor

Mose Allison. Un tipo desconocido para la mayoría. Pero yo lo quiero. Resulta, para entrarlos al tema de una, que en el jazz se ha sufrido de cierta escasez de voces masculinas, en comparación con la cantidad increible de mujeres que han grabado con reconocimiento, y que se han convertido en figuras y para siempre. Aún así, nadie daba cinco por un cantante blanco que se atreviera a cantar jazz. Muchos de quienes ensayaron -que los hubo- se quedaron en los registros de salones y clubes, si acaso. De pronto en algunas grabaciones. Quizás mencionados en antologías.


Alguien diría que Sinatra fue el genio. Si, de pero de la canción en general. De la canción gringa sobre todo. En el jazz estuvo poco. Hasta que lo arrastró la fama, sin más. Pero en realidad el hombre blanco que canta jazz con "voz de negro", como se le ha dicho, es Allison. Escribe canciones de esas que se pegan del cuerpo, una mezcla preciosa entre el blues y el jazz. Por eso lo quiero y cada que lo escucho me encanta más su voz pegajosa, informal, íntima, quejumbrosa. De maravilla. Además, toca el piano como utiliza su voz, con ese sonido que se va debajo de la piel, que quiebra los sentidos.


Allison nació en el delta del Misisipi y desde los 5 años estuvo del lado de la música. Ha recibido tantos reconocimientos como grabado discos, ha compuesto sus propias canciones y muchas de ellas se han llevado al rock y otros géneros. El director británico Paul Barnays realizó sobre este músico un documental titulado “Mose Allison, Ever Since I Stole the Blues”, para la BBC. Recientemente se han publicado antologías y remasterizado sus canciones viejas. Vive actualmente en Long Island, N.Y., con su esposa Audre, con quien tuvo cuatro hijos. Todavía escribe y realiza conciertos con su propio grupo
Mi tributo entonces a Mose Allison, a quien acabo de escuchar con respeto y fervor.


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