martes, 13 de noviembre de 2007

'Bonfire': polvora por doquier


El primer fin de semana de noviembre esta ciudad se llenó de pólvora. Y aún se queman voladores. Se trataba del 'Bonfire', o fuego bueno, una tradición de más de 400 años según la cual se conmemora con fiestas y fuegos artificiales, 'fireworks', controlados e inofensivos en principio, la historia de Guy Fawkes, un fanático católico que prendió fuego a lo que hoy equivaldría al parlamento, pero fue controlado por la gente. La celebración quiere oponer un fuego bueno, positivo, entretenido, al fuego devastador y perverso.

La pólvora se vende al público, a mayores por supuesto, en sitios controlados. Se trata de pólvora producida industrialmente, segura y costosa. Pero lo fuerte de la conmemoración son los espectáculos de juegos artificiales en parques y lugares abiertos, por doquier, que se pueden ver gratis desde lejos pero a los que hay que pagar si se quiere estar en primera fila. En muchas partes hay música en vivo que armoniza o va en consonancia con los fuegos.

Aquí van, entonces, unas imágenes.

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