martes, 2 de octubre de 2007

Casa/cuarto a la orden

Hoy cumplimos cinco días en nuestro cuarto. Ya un cuarto, por fin! Álvaro Ramírez, quien tiene viejas y largas experiencias en esto de vivir en el extranjero, dijo que fue muy rápido. Que tuvimos suerte. Es posible. Pero no podíamos estar mucho más en el hostal de la YMCA que nos salía a precio de hotel de cuatro estrellas en Colombia.



48 Love Lane
Morden
Surrey
SM4 6LP

es la dirección. Un barrio clasemediano hacia el sur, tranquilo, lejos del ruido, que invita al sosiego, a la reflexión, a la escritura quizás. Eso tiene de bueno. Casas iguales: edificios viejos y hermosos en los que hay tres casas de dos pisos, con su arquitectura tradicional, bien cuidadas en general. Love Lane, la calle (el nombre nos viene...), es una pequeña pendiente, una especie de colina que baja hacia la gran planicie en la que está casi toda la ciudad. Tenemos al frente una zona verde amplia y casas semejantes más allá, en una cadena hermosa, sin alturas, sin edificios agresivos.



Vimos el aviso la semana pasada en una tienda de barrio, en las calles del centro de Morden, y llamamos. Contestó un inglés -por el acento- según dijo Claudia, que echó su carreta. Buen precio, en el segundo piso, amplio, amoblado. Eso sí, debíamos compartir la cocina y el baño. Seis personas en estas!

Lo fuimos a mirar. A pesar de lo sucio (el mugre se quita, le dije a Clau) nos gustó. Tiene buenos muebles,clóset amplio, cama doble, buen colchón y una mesita de esas que usaban las señoras de antes para pintarse que nos sirve de escritorio.

Desde ahí escribo, miro el paisaje gris de hoy en la mañana, siento un tris de frío y mantengo los sentidos desplegados como antenas, pues quiero aprehender esta ciudad cuanto antes, tenerla por los cachos, hacerla tierra conquistada. ¡Qué duro! dirán. Pero es que no tengo remedio. No lo tengo porque Clau estudia ya, feliz de la pelota, va y viene de la U, y sabe inglés. Pero yo tengo que estar escuchándolo todo dos veces a ver si entiendo. Pero ahí voy, despacio.

Decidimos tomar el cuarto e hicimos el negocio. Pagamos lo acordado y esa nochecita nos pasamos.




El inglés, que sí lo es pero de familia árabe, preguntó curioso que cuál era nuestro afán. Y Clau le respondió de una: estamos en un hotel. Ah!, dijo. No hay presupuesto -a no ser de rico- que soporte muchos días de hotel en esta ciudad.

Esa misma noche realizamos nuestra primera sesión de aseo. Fue el jueves pasado. Y el cuarto quedó habitable. Poco a poco lo hemos ido organizando para hacerlo nuestro. Ya tiene colgado el reloj-gato que teníamos en Medellín, el calendario de Botero, algunas fotos de familia y obvio, las cosas nuestras andan por ahí, apeñuzcadas.

Este cuarto ya es nuestra casa. Por fortuna. Y la de ustedes.

4 comentarios:

ColoresMari dijo...

Ay... Me alegra tanto que estén ubicaditos. Tenía una preocupación que no era mía, pero de esas cosas que me sentía intranquila, como pensando que ya mismo se iban a quedar sin dinero. En suma, siquiera que están en un lugar cómodo y económico. Además como lo pinta, Profe, pueden convertirlo en un espacio encantador, que pues ya de entrada lo es con esa buena energía de Ustedes. Mucha mucha suerte, así como la que hasta ahora han tenido.

Godeloz dijo...

Me alegra mucho que tu aventura en Londres esté signada por la buena fortuna y ya tenga esta bitácora de la que me vuelvo fiel lector. Ahora espero los cuentos y las crónicas de las callejeadas londinenses. Un abrazo.

OjO al Texto dijo...

Se les ve muy felices!!!
Mil abrazos.

tallerdemediosiv/Isabel GonzálezR. dijo...

Hola Caru, es inevitable llamarte así,apenas pude me pasé por acá y definitivamente me alegro de que todo esté saliendo de maravilla. me encanta el nombre de la calle y de verdad que les sienta, claudia y tu se quieren tanto que en menos de lo que canta un gallo, ¿a qué horas cantan los gallos por alla?, tendrán en ese cuarto un agradable hogar como lo tenían por estos lados. Tal como lo describes también puede llegar a ser mi cuarto!!!!
pd: no puedo dejar de imaginarme tus orejas de abánico.
Un abrazo y saludos para la nueva estudiante.